El borracho perfecto
Por las noches se emborracha
en el cafè de la esquina
mientras las parejas enamoradas
hacen sus arrumacos màs o menos violentos
al atardecer, duerme impunemente la siesta
mientras todos los demàs hacen sus labores implacables
dueños de lo inesperado, saborean sus dulces espasmos
mientras escucha a Stravinsky, alucina con insolentes damiselas eròticas
quienes lo defraudan habitualmente
mediante sutiles estratagemas amorosas